Sir Isaac Newton, sin duda, es la primera imagen que recreo mentalmente al empezar a correr; en efecto,
a los pocos segundos constato, a través del conocimiento empírico, que los efectos de la Ley de la Gravedad aferran mi cuerpo al planeta Tierra.
Medito sobre la ingravidez al tiempo que mis piernas accionan el mecanismo de mi cuerpo que no para de moverse en círculos alrededor de la pista de atletismo urbana. La banda sonora que me acompaña es el sonido ambiente de la naturaleza en estado puro: el leve susurro del viento acompañado por el piar de los pájaros.
Es el primer día y la excitación de la novedad supone un gran estímulo que me impide usar mi música para animar la marcha. Seguro que llegan jornadas menos amenas y atractivas que esta; entonces, inevitablemente, la música cargará mis pilas para no abandonar mi objetivo. Tan solo cinco minutos para abrir boca y pisar tierra firme.
Sin prisa, pero sin pausa paso página hasta mañana y acabo la jornada con un paseo delicioso.
Pasear es un placer (Imagen:Pixabay). |
Medito sobre la ingravidez al tiempo que mis piernas accionan el mecanismo de mi cuerpo que no para de moverse en círculos alrededor de la pista de atletismo urbana. La banda sonora que me acompaña es el sonido ambiente de la naturaleza en estado puro: el leve susurro del viento acompañado por el piar de los pájaros.
Es el primer día y la excitación de la novedad supone un gran estímulo que me impide usar mi música para animar la marcha. Seguro que llegan jornadas menos amenas y atractivas que esta; entonces, inevitablemente, la música cargará mis pilas para no abandonar mi objetivo. Tan solo cinco minutos para abrir boca y pisar tierra firme.
Sin prisa, pero sin pausa paso página hasta mañana y acabo la jornada con un paseo delicioso.