Hoy en Uagadugú (Burkina Faso) primeras damas de siete países de África occidental participan en una conferencia para condenar la circuncisión femenina que, aún, es practica habitual en cerca de una treintena de países africanos a pesar de las campañas de concienciación y de las duras leyes contra la mutilación genital femenina, según una noticia publicada en la página Web de la BBC .
En los países donde se practica la circuncisión es un tema tabú al igual que cualquier tema asociado al sexo. Por ello, resulta difícil por no decir imposible que las mujeres afectadas acudan al médico a tenor de problemas generados por la circuncisión.
Tras leer esta información quedo tan estupefacta que deseo encontrar más información al respecto pero es una ardua tarea porque no la hay; entonces recuerdo un libro de Manuel Vázquez Montalbán Informe sobre la Información (1975) en el que el periodista catalán denunciaba la desigual distribución de las noticias mostrando la escasa repercusión de la actualidad del continente africano. Tras treinta y tres años esta situación no ha cambiado.
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3 comentarios:
Me gustaría comentar la última parte de la noticia, es decir, la escasa repercusión de la actualidad del continente africano y lo difícil que resulta encontrar más información acerca de cualquier tema.
En realidad lo quiero es lanzar una pregunta: ¿Quien o quienes son los responsables de que esto siga siendo así, incluso hoy en día?
Yo me imagino que algo tendrán que ver con ello los profesionales del periodismo, pero claro se trata tan solo de una suposición, porque desconozco el tema por completo.
Planteas una pregunta interesante que tiene una respuesta complicada y difícil. La información, en general, nos interesa por la cercanía o proximidad del contenido de la noticia, en tanto en cuanto, nos pueda llegar a afectar o interesar.
Sin embargo, esta tesis hoy en la era de la aldea global podría carecer sentido y, aún, así recibimos la información de los países de Tercer Mundo en cuenta gotas y, además, siempre asociada a sucesos ligados catástrofes naturales o violentas convulsiones políticas.
Ni las grandes agencias de información ni tampoco los grupos mediáticos muestran una clara disposición a transmitir la realidad de las áreas aludidas bajo el eterno argumento de los condicionantes económicos.
Es una pena que las cosas sean así. Los intereses económicos no deberían de estar por encima de proporcionar a los ciudadanos una información veraz y de servicio público.
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