Manejar estos conceptos se aleja a años luz del rigor informativo y, en mi opinión, no existe ningún argumento que los avale en el marco de las normas que el código deontológico del ejercicio del periodismo ampara. La línea tan sutil entre la libertad de expresión y la libertad de información abre las puertas de par en par a una crisis de comunicación permanente que sólo acabará cuando, de una forma clara y nítida, se establezcan normas que regulen los procesos de la producción de información en la red.
La industria periodística navega sin cuaderno de bitácora en la era digital mientras alumbra el periodismo del nuevo siglo con iniciativas como la de Chicago News Cooperativ (CNC) que apuesta por ejercer un periodismo de calidad mediante el cooperativismo. "Vamos a tener que pagar por los buenos diarios digitales", aseguraba Maruja Torres en su columna. Estas alternativas presumen una sociedad intelectualmente madura y crítica capaz de optar por información de élite; sin embargo, me pregunto si las nuevas generaciones acostumbradas por defecto a tener acceso libre a los contenidos estarán dispuestas a pagar por la prensa los como lo hacían sus padres y sus abuelos en el siglo XX.
En esta coyuntura, si asumimos que la base del éxito en Internet se mide por el número de visitas, de entradas, de referencias, de comentarios; la cantidad pesa más que la calidad. Así aquello que suscita un mayor ciyber-interés, es por defecto, lo mejor. Y, volvemos, al principio. Un rumor pasa por noticia y tras un simple análisis a través de Google para conocer en cifras su alcance observamos que al unir la palabra 'rumor' a los apellidos Sarkosy y Bruni el número de entradas -hoy lunes 5 de abril- es de 256.000. ¿Quién gana el rumor o la noticia?.
Esta crisis colateral toca de pleno al corazón del ejercicio de la profesión periodística porque si gana el rumor difícilmente podremos construir un futuro en el que la desinformación sea sólo un concepto y tengamos capacidad de preservar el derecho a la información en el marco de una sociedad que, sin remedio, vivirá pegada a la pantalla.
3 comentarios:
muy bueno el comentario Pepa
Muchas gracias. Me alegra que te guste.
Elevar a rumor lo que a todas luces es un chisme de portería, con todos mis respectos por las porteras, es ya el colmo del despropósito. Y si encima quieren convertirlo en noticia !!! Por favor....Más valiera investigar otros asuntos de más enjundia y dejarse de meneces que lo único que hacen es distraer al personal y desviar su atención de temas más importantes y que no son precisamente los supuestos cuernos de estos señores, que allá se las compongan. Pan y circo. Por otra parte, estoy totalmente contigo Pepa, la profesión periodística anda sin brújula en el mar de internet, un momento interesante éste que hay que aprovechar para desmarcarse del periodismo "oficial" y fácilmente manipulable.
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