No salgo de mi asombro al conocer la polémica suscitada en Italia por el estupor que ha causado entre los católicos una escultura de una rana crucificada, obra del alemán, Martin Kippenberger, cuya obra se expone en el Museo de arte Moderno de Bolzano.
Frente a las declaraciones del presidente de la región, Luis Durnwalder, quién ha señalado que la escultura se podía considerar ofensiva, en el área, dónde el 99% de la población es católica, los responsables del museo se han visto en la tesitura de salir al paso aclarando, lo obvio, es decir, el valor artístico de la obra.
Frente a las declaraciones del presidente de la región, Luis Durnwalder, quién ha señalado que la escultura se podía considerar ofensiva, en el área, dónde el 99% de la población es católica, los responsables del museo se han visto en la tesitura de salir al paso aclarando, lo obvio, es decir, el valor artístico de la obra.