El cerebro puede cambiar su estructura y funciones

La neuroplasticidad es el fenómeno mediante el cual el cerebro puede reorganizarse y cambiar su estructura y funciones a lo largo de la vida en respuesta a la experiencia y al aprendizaje. Aunque la idea de que el cerebro es maleable ha existido desde hace siglos, la comprensión científica de la neuroplasticidad ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo. En el siglo XIX, el médico y neurocientífico italiano Angelo Ruffini acuñó el término "plasticidad" para describir la capacidad del sistema nervioso para cambiar y adaptarse. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando los científicos comenzaron a realizar investigaciones más detalladas sobre este fenómeno.

Pioneros en la investigación de la neuroplasticidad


Uno de los hitos importantes ocurrió en la década de 1940 con el trabajo del neurólogo canadiense Donald Hebb. Propuso la teoría del aprendizaje hebbiano, que sostiene que las sinapsis (las conexiones entre las neuronas) se fortalecen cuando las células nerviosas se activan simultáneamente. Esta idea sentó las bases para entender cómo las conexiones neuronales se modifican en respuesta a la experiencia.
 En las décadas de 1960 y 1970, los neurocientíficos como David Hubel y Torsten Wiesel llevaron a cabo estudios pioneros sobre la plasticidad en el sistema visual. Descubrieron que las conexiones neuronales en el cerebro visual pueden reorganizarse en respuesta a la experiencia visual y que la privación sensorial temprana puede alterar permanentemente la organización del sistema visual.

En las últimas décadas, la investigación se ha expandido enormemente gracias a avances en tecnologías como la resonancia magnética funcional (fMRI) y la neuroimagen por tensor de difusión (DTI), que permiten a los científicos estudiar la plasticidad en el cerebro humano de manera más detallada.

Hoy en día, esta disciplina es un campo de investigación activo y se utiliza en diversas disciplinas, incluyendo la rehabilitación después de lesiones cerebrales, la terapia ocupacional, y la neurociencia cognitiva. La comprensión de este fenómeno ha llevado a nuevos enfoques en la educación y la terapia para ayudar a las personas a aprender nuevas habilidades y recuperarse de lesiones cerebrales. 

Santiago Ramón y la neuroplasticidad


Ramón y Cajal fue un prominente neurocientífico español que desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de la teoría de la neurona, que sostiene que el sistema nervioso está compuesto por unidades individuales llamadas neuronas. Su trabajo pionero y sus descubrimientos han tenido un impacto significativo en nuestra comprensión de la estructura y función del sistema nervioso, incluyendo los fundamentos de la neuroplasticidad.

Aunque Ramón y Cajal no utilizó el término "neuroplasticidad" en su época, sus investigaciones sentaron las bases para el entendimiento moderno de este fenómeno. En sus estudios detallados utilizando técnicas de tinción neuronal, observó la estructura de las neuronas y sus conexiones sinápticas. Sus descubrimientos proporcionaron evidencia visual de que las neuronas no están físicamente unidas entre sí, sino que están separadas por pequeños espacios llamados sinapsis.

Esta observación fue crucial para entender cómo las señales se transmiten de una neurona a otra, lo que es fundamental para la plasticidad sináptica. La plasticidad sináptica se refiere a la capacidad de las sinapsis para cambiar su fuerza y ​​eficacia en respuesta a la actividad neuronal y es un componente central de la neuroplasticidad.

Además, Ramón y Cajal también realizó investigaciones sobre el desarrollo del sistema nervioso, demostrando que las conexiones neuronales se forman y se reorganizan durante el desarrollo y la experiencia. Aunque su trabajo se centró principalmente en el desarrollo y la estructura del sistema nervioso, sentó las bases para futuras investigaciones sobre la plasticidad neuronal y cómo las conexiones cerebrales pueden cambiar en respuesta a la experiencia y el aprendizaje.

Descubrimientos interesantes sobre la neuroplasticidad  


Aunque tradicionalmente se creía que las neuronas no podían regenerarse, se ha descubierto que en ciertas partes del cerebro, como el hipocampo, se pueden formar nuevas neuronas a través de un proceso llamado neurogénesis, incluso en la edad adulta. Los estudios han demostrado que las áreas del cerebro pueden reorganizarse funcionalmente para adaptarse a nuevas tareas o para compensar daños en otras áreas. Por ejemplo, en personas ciegas, la corteza visual puede ser reclutada para procesar información táctil o auditiva de manera más intensiva.

Los neurocientíficos han descubierto mecanismos celulares y moleculares que subyacen a la plasticidad a largo plazo (LTP, por sus siglas en inglés, Long-Term Potentiation) y a la depresión a largo plazo (LTD, por sus siglas en inglés, Long-Term Depression). Estos procesos son esenciales para el aprendizaje y la memoria. La experiencia y el aprendizaje activan la plasticidad cerebral. Los estudios han demostrado que las experiencias enriquecedoras, como el aprendizaje musical o el entrenamiento cognitivo, pueden cambiar la estructura y la función cerebral, fortaleciendo las conexiones sinápticas y mejorando las habilidades cognitivas.

Los descubrimientos sobre esta materia han llevado a enfoques innovadores en la rehabilitación después de lesiones cerebrales, como accidentes cerebrovasculares o lesiones traumáticas. Los terapeutas utilizan la plasticidad cerebral para ayudar a los pacientes a recuperar funciones perdidas al fomentar la reorganización neuronal y la formación de nuevas conexiones.

Comprender la neuroplasticidad ha llevado a cambios en los métodos de enseñanza. Los educadores ahora utilizan estrategias que aprovechan la plasticidad cerebral para mejorar el aprendizaje y la retención de información en los estudiantes. Los descubrimientos se han aplicado en el tratamiento de trastornos neurológicos como el ictus, el daño cerebral traumático y la enfermedad de Parkinson. Los enfoques de rehabilitación basados en la plasticidad cerebral han demostrado ser efectivos para ayudar a los pacientes a recuperar habilidades motoras y cognitivas.


Imagen: Recreación del cerebro. Pixabay.