No le van a perdonar su juventud ni tampoco que esté al frente de un ministerio que, lamentablemente, carece, para algunos, de sentido. El desliz verbal de la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, el pasado lunes en el Congreso de los Diputados, al usar el término 'miembras' como plural femenino de la palabra 'miembro' se ha convertido en la excusa perfecta para criticarla sin mesura.
El tema debería de haber quedado zanjado con una simple y sencilla rectificación por haber usado incorrectamente la palabra. El fallo de Aído, en mi opinión, fue no enmendarlo. Sin embargo, ante la avalancha de manifestaciones en su contra aprovechando esta coyuntura quiero solidarizarme con ella porque, al margen de esta cuestión, lo que interesa es que impulse políticas valientes y comprometidas. Errores cometemos todos; incluso, los ministros y las ministras.