Ayer comenzaron en España los exámenes de selectividad que permitirán a quiénes superen la prueba poder estudiar una carrera universitaria. No he podido borrar de mi memoria el paso por tan magno y elevado trance.
Jamás olvidaré aquellos tres días tras los que, en compensación con los malos tragos, me dieron la seguridad de saber que sería capaz de superar cualquier prueba intelectual que se pusiera a mi alcance.
Desde entonces no he vuelto a pasar tanta ansiedad, inseguridad y miedo frente a un examen fuese de la índole que fuese.
Casi nada es tan letal como la angustia intelectual que experimenta un joven frente a un reto de estas características. Sólo la madurez y la perspectiva de los años nos ayudan a ubicarnos y saber medir el alcance los retos y, sobre todo, asumirlos con mayor serenidad e, incluso, a saber disfrutarlos.
Mucha suerte a tod@s los que os enfrentáis a las pruebas de selectividad y ánimo.
Jamás olvidaré aquellos tres días tras los que, en compensación con los malos tragos, me dieron la seguridad de saber que sería capaz de superar cualquier prueba intelectual que se pusiera a mi alcance.
Desde entonces no he vuelto a pasar tanta ansiedad, inseguridad y miedo frente a un examen fuese de la índole que fuese.
Casi nada es tan letal como la angustia intelectual que experimenta un joven frente a un reto de estas características. Sólo la madurez y la perspectiva de los años nos ayudan a ubicarnos y saber medir el alcance los retos y, sobre todo, asumirlos con mayor serenidad e, incluso, a saber disfrutarlos.
Mucha suerte a tod@s los que os enfrentáis a las pruebas de selectividad y ánimo.