Madre, yo al oro me humillo,
Él es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero Es don Dinero.
Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (1580-1645).
Así lo cree el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que ha firmado en Benghazi (Libia) un acuerdo por el que Roma se compromete a invertir cerca de 3.400 millones de euros en los próximos 25 años para dotar de infraestructuras al país africano.
Según el primer ministro italiano, este acuerdo supone "un reconocimiento concreto y moral del daño inflingido por Italia a Libia durante el periodo colonial".
Sin embargo, el desagravio va más allá porque durante la Segunda Guerra Mundial Italia plagó el país de minas antipersonales que siguen causando muertes y mutilaciones.