Obama: Si vis pacem, para bellum

"If you wish for peace, prepare for war". Soñé despierta desde que Obama fue visible en las primarias americanas y, aún más, vibré el día que pronunció su discurso de investidura.

Él, mi héroe efímero, consiguió rescatarnos de la pegajosa telaraña del entramado del poder en mayúsculas y, aunque, ese espejismo se desvaneció como el humo sólo, por ello, mereció la pena haber vivido tan cerca de la utopía.

La paradoja del discurso de Oslo rompe de golpe el encanto de la estética pacífista de un hombre que, a pesar de todo, acabó con el clima de terror cultivado a conciencia por su predecesor en la Casa Blanca.

Obama tendrá que demostrar con hechos sus buenas intenciones y, sobre todo, ser merecedor del Nobel de la Paz que va más allá de poseer un galardón porque esconde la esperanza de miles de seres humanos de vivir en paz.