"The Medium is the Message". Me pregunto que pensaría Marsahll McLuhan de la crisis que atraviesan los medios de comunicación clásicos. A McLuhan en la edición inglesa de Wikipedia lo definen como filósofo, futurista y teórico de la comunicación. El intuyó lo que muchos se negaron a aceptar en su tiempo y, ahora, tantos años después el medio sigue siendo el mensaje. El efecto Wikileaks tan sólo ha servido para que los grandes grupos de comunicación se miren al ombligo.
Algunas voces confunden el canal de transmisión de los mensajes con el ejercicio del periodismo. Nada más lejos de la realidad. Es estéril pensar en un "revival" de los mejores tiempos de la prensa porque alguien interesadamente ha filtrado información. Wikileaks es un canal de transmisión como lo son los mass media. ¿Cómo se pueden confundir las reglas del juego?. La prensa se mira el ombligo una vez más quizá porque no sabe donde está la salida.
La información es poder, moneda de cambio y, ahora, con Wikileaks se ha convertido en una denuncia de los abusos de la mano que mece la cuna del pueblo soberano. En dos décadas las nuevas tecnologías han multiplicado por mil la posibilidad de obtener datos, contrastar fuentes pero, en esencia, el trabajo de periodista es lo que fue. Ni más ni menos. Leo con gran emoción el texto de un discurso de García Márquez sobre el periodismo en 1996 (...) "Antes de que se inventara la grabadora, el oficio se hacía bien con tres instrumentos indispensables que en realidad era uno solo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usaban todavía para oir lo que se les decía".
¿Quién ha oído algo estos días?. El ruido más que nunca irrumpe en la escena sin dejar espacio a los ecos de la reflexión porque nadie sabe que está pasado en realidad. Los periodistas, como decía Márquez, no escuchan, ni oyen, de modo, que tampoco piensan ni se preguntan, ni se cuestionan los matices de los temas importantes. Detesto los análisis rápidos de las cuestiones complejas que convierten en triviales asuntos serios porque no ha habido un proceso de introspección. Llegará el día en que alguien pare a pensar, entonces, y sólo, en ese momento, habremos iniciado el principio del cambio tras superar la crisis que ha provocado la ruptura entre el antes y el después de Internet.