༄◦ La fragilidad del pensamiento en Internet

Las investigaciones en neurociencia son responsables del cambio en la concepción de los procesos mentales implicados en el comportamiento. La neurociencia, según la definición de la Society for Neuroscience, "es el estudio del sistema nervioso, los avances de la comprensión del pensamiento humano, la emoción y el comportamiento”. 

La neurociencia está al principio de poder acercar, sobre la base del funcionamiento del cerebro, alguna respuesta al rompecabezas de la sociedad de la información. La implantación de la neurociencia en todas partes coincide en el tiempo con la  era de la revolución de la información y de la tecnología, la llamada Tercera Ola de Alvin Toffer que queda simbolizada por el ordenador y el impacto de Internet,  en igual medida, que años atrás desde Canadá el padre de la aldea global postulara  que la prensa de tipos móviles había creado un mundo circundante, por completo  inesperado: el público. La característica del “público” gestado por la palabra impresa  fue una intensa consciencia de sí mismo, de una orientación visual, tanto en el  individuo como en el grupo (McLuhan, 1972). 

Si entonces el público fue el elemento que cambió todos los escenarios sociales como nunca se había conocido, es, ahora  de nuevo, el quién toma un papel activo, convirtiéndose además en emisor de la información que décadas atrás solo era recibida como receptor. Internet, pues,  permite que el público sea emisor de mensajes.  El nexo entre comunicación y neurociencia es el cerebro, porque allí es donde producimos, procesamos y finalmente emitimos los mensajes que sirven para fundamentar tanto nuestras relaciones sociales básicas como las complejas. 

¿Es Internet un canal diáfano o, por contra, es un universo artificial donde se manipulan los pensamientos globales usando como materia prima la información?  
Los cambios que se han producido a raíz de la introducción de la informática en la vida  de las personas han quedado científicamente identificados más allá de los indicios  mediante las actitudes, el comportamiento y las nuevas pautas adquiridas de los  seres humanos en su relación con las máquinas. Sin la intervención de una máquina, el  hombre no se puede comunicar entre las personas de cualquier parte del mundo. 

¿Nueva realidad o verdad?


¿Es  posible, que en esta nueva realidad, la verdad triunfe frente a la manipulación de los  pensamientos globales? Sin la mediación de Internet como canal de transmisión, los mensajes de las  revoluciones árabes jamás hubieran llegado a las pantallas de televisión, ni tampoco el 15M, que fue ignorado por los principales medios de comunicación en España, hasta  que les sorprendió a través de Internet el alcance de los hechos. La sociedad civil  postulada por Heggel la hallamos en las redes sociales pobladas, ciudadanas que luchan  por la democratización de las comunicaciones frente al aparato mediático de poder.  Entonces, ¿quién la controla la información? ¿Cómo saber quién tiene razón y quién  no? La compañía Narrative Sciencie ofrece un software que convierte datos en historias  en múltiples formatos e, incluso, se pueden crear versiones de un mismo tema para  adaptar el contenido según las necesidades de cada público. 

Si existe un sistema que  es capaz de generar informaciones, reportajes y noticias porque no pensar en un método  de verificación que permita al lector separar la información de la opinión para evitar que la realidad llegue a su cerebro manipulada por terceros. ¿Podría un software  basado en los fundamentos de la comunicación separar información de opinión?  Según la teoría de la Información de Shannon (1948) la cantidad de información  contenida en un mensaje es un valor matemático bien definido y medible. A partir de  esta idea, que sirve para transmitir la información a través de redes eléctricas, se han  de poder procesar los contenidos informativos antes de llegar al cerebro manipulados.    

La herramienta para verificar los contenidos que recibimos a través de Internet se  basaría en el opuesto a la doxa testado por Cicerón, Julio Victor, Boethius e implantado  desde 1917 en escuelas de periodismo para construir la noticia: Qué, Quién, Cómo, Cuándo, Dónde y Por qué. La respuesta obtenida por estas preguntas es información.  Un filtro aplicado a un texto podría separar los hechos de la noticia antes que lleguen  al lector. ¿Una herramienta así supondría el final de la manipulación?.      

Pepa Martorell  
@pepamartorell