Raquel Aguilar, coordinadora de PACMA en Valencia, afirma que adoptar una mascota implica un compromiso por parte de la persona que adopta el animal. Aguilar aclara que el adoptante se tiene que adaptar a las circunstancias de un animal que, en la mayoría de los casos, ha sufrido y, por esta razón, se tiene que evitar el fracaso.
¿Cómo es el proceso de adopción de una mascota?
Por lo general, las entidades de protección animal realizan un cuestionario previo a la adopción y algunas entrevistas con el o la posible adoptante. Es importante conocer con quién y dónde va a vivir el animal
Una vez superado el test, conocidas las inquietudes y posibilidades de los/as adoptantes, se busca el animal que mejor se adaptará a estas circunstancias por tamaño, edad o carácter; o bien se confirma que el animal que esta persona quiere adoptar (si hay predisposición por un animal) va a estar bien en las condiciones que se ofrecen.
Obligaciones para adoptar una mascota
Cuando se decide qué animal será el adoptado, se firma un contrato de adopción, donde se establecen los compromisos del propietario con el animal. Se hacen indicaciones sobre cuidados al animal y cómo tratarlo para una correcta adaptación a su nuevo hogar. Finalmente, tras ser adoptados, se hace un seguimiento del animal para comprobar que se encuentra en buen estado.
¿Es la persona quién elige a la mascota ó se asigna una mascota desde el refugio?
Depende de las circunstancias. Hay personas que sienten predilección por un animal en cuanto lo ven. Otras quieren adoptar y prefieren ser asesoradas por el personal del refugio.
¿En qué condiciones se recibe la mascota?
Se suelen adoptar vacunados y esterilizados, además de estar identificados. Si el animal es muy joven para ser esterilizado, se requiere un compromiso de hacerlo por parte del adoptante llegado el momento.
¿Qué obligaciones tiene la persona que adopta la mascota?
Responsabilizarse del animal con todas las consecuencias que esto implica. Darle todos los cuidados y atenciones necesarios para que se encuentre en buen estado, tanto físico como mental. Lo que se pretende es que la persona adoptante pase a ser su nueva familia y lo trate como tal. Que ese animal, que ha sufrido el maltrato del abandono, tenga la segunda y definitiva oportunidad que merece.