Has visto el titular de este post y piensas que esto va de informática. Un poco, sí, pero de forma colateral. ¿Tus relaciones son perfectas? Si la respuesta es afirmativa, no pierdas el tiempo aquí. Si aún sigues leyendo es porque tienes curiosidad o porque piensas que este minuto y medio que te voy a robar merece la pena. Espero que así sea. ¿Cómo te sientes cuando estás navegando por Internet y aparece un error que te impide seguir adelante? Respondo yo. Experimentas, frustración, decepción, chasco e, incluso, a veces, rabia. Lo mismo ocurre con las relaciones con otras personas. Me explico.
Crees que conoces a alguien. Pasa el tiempo y te das cuenta de que todas las piezas del puzzle van encajando sin hacer el más mínimo esfuerzo. ¡Ojo! No me refiero a las relaciones amorosas. Planteo el tema desde un punto de vista más amplio. Estoy hablando de las interacciones que mantienes en el trabajo, con tus vecinos, amigos o familiares. No importa. El caso es que las relaciones son eso. Se trata de la comunicación que estableces con las otras personas sin más. No obstante, el impacto que tienen en tus emociones es lo suficientemente grande como para dedicar un tiempo a pensar sobre ellas.
Lo imposible
Regresemos a las piezas del puzzle. En esa relación de, trabajo, por ejemplo, todo fluye. Parece que va a ser así hasta el infinito. Sin embargo, cuando menos te lo esperas salta la chispa. Todo se desvanece. Empiezas a preguntarte dónde fallaste, te empeñas en saber los porqués y buscas una explicación coherente para que tu mente acabe aceptando que la otra persona no es ni de lejos lo que tú creías que era. Es parecido al Error 16. Piensas que todo discurre con normalidad y no es así. Hay algo que no te esperabas y sucede. Lo impensable. Lo que jamás te habías planteado.
La explicación desde el punto de vista de la informática es bastante fácil de entender. Se ha producido un fallo interno en alguna parte del proceso que ha roto la comunicación. Eso explica que hayas dejado de navegar o de hacer lo que estabas haciendo en el ordenador. Lo mismo sucede con las personas. La diferencia es que afecta a nuestras emociones, lo pasamos mal y nos empeñamos en buscar la forma de que todas las piezas encajen sea como sea. Sin embargo, a veces, no es posible. Eso es así. Y aunque te cueste aceptarlo o entenderlo, hay que asumirlo como parte de la vida.
¿Y ahora qué?
Lo sé. Todo esto es muy fácil de escribir, pero no lo es tanto si tienes que digerir este sapo en un contexto en el que no tienes el control como puede ser el trabajo. E, incluso, cuando tienes cierto dominio sobre el entorno, se hace bola en la garganta. En ocasiones, tienes que reconstruir tu mapa emocional para poder regresar al equilibrio perdido. No es fácil. Por lo general, las personas hacen esfuerzos titánicos por superar las diferencias con los otros. Sin embargo, hay personas que no tienen esa necesidad. En este sentido, por mucho que tú quieras limar asperezas, jamás vas a conseguir encajar las piezas de ese puzzle. Y tu mayor logro será entender que ese tipo de interacción o comunicación será de otra forma. E, incluso, no será.
La imagen que ilustra el texto es bastante descriptiva de lo que implica un Error 16 en el marco de la comunicación con otras personas. Por tanto, saber identificarlo a tiempo te ayudará a hacer una buena digestión emocional y facilitará tu comunicación con los demás. Además, te servirá para encajar esas discrepancias de una forma razonable y racional.
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| Foto: Reidy68 vía Pixabay. |