El Heraldo de Barranquilla (Colombia) ofrece una espléndida entrevista con Gabriel García Marquez en la que el premio Nobel diserta sobre el periodismo del siglo XXI y, por supuesto, habla de literatura. Os recomiendo su lectura.
MÉXICO, AFP. Aunque se sufra “como perro”, para el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez “no hay mejor oficio” que el periodismo, dijo la noche del lunes al romper su férreo silencio en Monterrey, norte de México.
“Como periodista, uno sufre o disfruta por los encabezados y el manejo que hace de las noticias; gozamos cuando hallamos una joya, pero sufrimos como perros cuando vemos la forma en que se maltrata el idioma”, dijo Márquez, de 81 años, en el marco del ‘VI seminario internacional sobre la búsqueda de la calidad periodística’, que realiza la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano al que asiste más de un centenar de comunicadores de América Latina, Europa y Estados Unidos.
“Yo escribo para no tener que hablar”, así solía defender García Márquez su silencio, que no rompió ni siquiera cuando acompañó a su amigo el también colombiano Álvaro Mutis en un homenaje que se le rindió en la última Feria Internacional de Libros de Guadalajara, el año pasado.
Al hablar sobre el llamado ‘nuevo periodismo’, García Márquez consideró que una de sus características es que los periodistas cuentan con poco tiempo para realizar sus textos. “Eso me molesta”, expresó en la charla con estudiantes del seminario y otros reporteros presentes en el evento con comunicadores.
Tanto le molesta, que dice que toma el teléfono de tanto en tanto para pelearse con los editores y periodistas.
“Cuando uno está tan apresurado no tiene tiempo de pensar, y al día siguiente se dice: ‘mejor hubiera hecho esto’”, pero a pesar de todos sus inconvenientes, para el autor de Cien años de soledad, “no hay mejor oficio” que el periodismo.
“En el periodismo uno debe saber que no hay tiempo para pensar mucho o perfeccionar el texto, y que va a tener que sufrir. A veces ya vas a salir a emborracharte o a comer y te hablan: ‘oye salió esto’”, indicó.
“Y como los periodistas sufríamos tanto, teníamos que emborracharnos todos los días”, bromeó. Para evitar las premuras, el autor de El coronel no tiene quien le escriba considera que “es mejor hacer un libro”. “Con uno duré 10 años; si no me gustaba volvía y empezaba de nuevo, iba haciendo las correcciones sobre la marcha”, comentó.
Sin embargo, la metodología llega a traicionar incluso a un Nobel de Literatura. “Ahora estoy terminando un libro. Cuando he escrito un libro hago las correcciones ahí mismo, pero en este no sé qué sucedió que lo terminé, no me gustó y entonces hice el otro, ahora llevo seis años y no sé cómo hacerle para meter en un solo libro los fragmentos de los otros seis que me han gustado”, comentó entre risas el escritor.
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MÉXICO, AFP. Aunque se sufra “como perro”, para el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez “no hay mejor oficio” que el periodismo, dijo la noche del lunes al romper su férreo silencio en Monterrey, norte de México.
“Como periodista, uno sufre o disfruta por los encabezados y el manejo que hace de las noticias; gozamos cuando hallamos una joya, pero sufrimos como perros cuando vemos la forma en que se maltrata el idioma”, dijo Márquez, de 81 años, en el marco del ‘VI seminario internacional sobre la búsqueda de la calidad periodística’, que realiza la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano al que asiste más de un centenar de comunicadores de América Latina, Europa y Estados Unidos.
“Yo escribo para no tener que hablar”, así solía defender García Márquez su silencio, que no rompió ni siquiera cuando acompañó a su amigo el también colombiano Álvaro Mutis en un homenaje que se le rindió en la última Feria Internacional de Libros de Guadalajara, el año pasado.
Al hablar sobre el llamado ‘nuevo periodismo’, García Márquez consideró que una de sus características es que los periodistas cuentan con poco tiempo para realizar sus textos. “Eso me molesta”, expresó en la charla con estudiantes del seminario y otros reporteros presentes en el evento con comunicadores.
Tanto le molesta, que dice que toma el teléfono de tanto en tanto para pelearse con los editores y periodistas.
“Cuando uno está tan apresurado no tiene tiempo de pensar, y al día siguiente se dice: ‘mejor hubiera hecho esto’”, pero a pesar de todos sus inconvenientes, para el autor de Cien años de soledad, “no hay mejor oficio” que el periodismo.
“En el periodismo uno debe saber que no hay tiempo para pensar mucho o perfeccionar el texto, y que va a tener que sufrir. A veces ya vas a salir a emborracharte o a comer y te hablan: ‘oye salió esto’”, indicó.
“Y como los periodistas sufríamos tanto, teníamos que emborracharnos todos los días”, bromeó. Para evitar las premuras, el autor de El coronel no tiene quien le escriba considera que “es mejor hacer un libro”. “Con uno duré 10 años; si no me gustaba volvía y empezaba de nuevo, iba haciendo las correcciones sobre la marcha”, comentó.
Sin embargo, la metodología llega a traicionar incluso a un Nobel de Literatura. “Ahora estoy terminando un libro. Cuando he escrito un libro hago las correcciones ahí mismo, pero en este no sé qué sucedió que lo terminé, no me gustó y entonces hice el otro, ahora llevo seis años y no sé cómo hacerle para meter en un solo libro los fragmentos de los otros seis que me han gustado”, comentó entre risas el escritor.
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