Inolvidable la imagen de Stanley Ann Dunham Soetoro, la madre de Barack Obama , sosteniendo a su bebé durante una soleada mañana en Hawaii e indescriptible la carga de afecto de su hijo al asegurar que "lo mejor de mí se lo debo a ella" (What is best in me I owe to her).
Estas palabras publicadas en "The New York Times" se suman a la campaña que el aspirante a candidato demócrata apura para conseguir vencer a su rival político, la senadora por el estado de Nueva York, Hillary Clinton.
El sexo y el color de la piel se han convertido en elementos políticos y, por ende, mediáticos que van a movilizar a los demócratas nada acostumbrados a líderes tan poco ortodoxos. Nunca antes unas primarias habían generado tanta expectación.
La dimisión de Geraldine Ferraro, asesora de Clinton, por un desliz verbal que le llevó realizar comentarios racistas se une a la de Samantha Power, asesora de Obama, que tildó de "monstruo" a la ex primera dama de USA.
La comunicación política presente en ambos frentes queda abocada a atenuar el alcance de estas aseveraciones que interfieren en el proceso. Sin embargo, aún queda camino por recorrer hasta que se dirima el resultado final.
Mientras en el bando republicano, el candidato John McCain, viaja a Israel para conseguir simpatías entre los votantes judíos. El más veterano ha evaluado la oportunidad de adelantarse a sus adversarios y no es difícil de adivinar que pedirá en el muro de las lamentaciones.
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