Tempus fugit



El tiempo, un recurso escaso, convertido en arte mediante unas espectaculares imágenes acompañadas de una música que transmite paz, en tan sólo tres minutos, es uno de los pequeños placeres para los sentidos del ajetreado ser humano que vaga por el planeta Tierra mientras en la llamada era del conocimiento, curiosamente, la razón deja de tener sentido en un mundo lleno de injustificadas prisas que han deteriorado el sistema hasta la autodestrucción de su escala de valores.

La ciudad que nunca duerme vista a través de la city, Manhattan, el icono del poder económico, desde esta perspectiva, parece tan sútil y vulnerable que hace olvidar por unos instántes la jungla que existe cosumada en la hoguera de las vanidades descrita por Tom Wolf. Si Mindrelic es capaz de convertir el caos en belleza me pregunto que nos ata a unas rutinas productivas que no nos satisfacen. Sólo tres minutos y una reflexión para empezar a convertir la utopía en realidad.

[Descubro el vídeo vía @miquimusica en Twitter]